Muchos compañeros se quejan de la poca información que se les ha venido dando sobre el espacio europeo de educación superior y de las versiones contradictorias que hay entre la comunidad universitaria. Muchos se muestran críticos con el modo como se lleva la implantación del nuevo plan de estudios y respetan el derecho a manifestación y huelga de sus compañeros, pero dicen que las formas en las que lo hacen no son adecuadas. Dicen que todos tenemos derecho a tener una opinión, pero no a imponerla a los demás.
María, una estudiante de la UB, mostró su crítica sobre la parada de clases, y al decir esto, los compañeros que sí apoyan la huelga dijeron que es la asamblea de la facultad la que decide las acciones que desarrollar y que si alguna persona no está de acuerdo con el curso que toman los acontecimientos puede participar en la asamblea y mostrar su punto de vista. Las compañeras de María decían luego que se hace difícil ir a las asambleas y discrepar contra un grupo muy activo con puntos de vista similares, dentro de las posibles discrepancias. Algunos rectores hablan de "mayoría silenciosa", aunque es cierto que los referendos no vinculantes que se han realizado en las universidades sobre la implantación del EEES muestran que un gran número de estudiantes son contrarios a Bolonia. Según María, ser crítico y protestar no está reñido con las clases para los que quieran.
"Nosotros tenemos derecho a hacer clases"
"Está bien que os manifestéis, lo respeto y me parece genial, pero igual que vosotros teneis este derecho, nosotros lo tenemos a hacer clases", decía Esther a un compañero que aprobó el encierro en la Facultad de Filosofía e Historia de la universidad central. Esta estudiante también cree que se puede tener una actitud intermedia entre seguir la actividad académica y las protestas. "Yo me veo en medio, es verdad que el nuevo plan de estudios -que ya nos están aplicando- te deja muy poco tiempo para hacer otras cosas" explicaba. "Yo he estado en las asambleas y creo que los estudiantes que protestan más activamente tienen su punto de razón, pero tampoco pueden decidir por la mayoría". Sin embargo, la asamblea de la facultad es el órgano que decide, donde todos deberían participar.
Adriana, otra estudiante de la UB, cree que es posible construir otra universidad y que se deberáin cambiar muchas cosas, pero que no se puede imponer a la mayoría algo que no ha decidido. "Unos cuantos no pueden decidir por todo el mundo".
Curiosamente, este es el mismo argumento de los estudiantes críticos con Bolonia, unos cuantos han decidido "imponer el EEES".
LA VANGUARDIA, JUEVES 26 DE MARZO 2009
Diálogos como los anteriores los tenemos "a patadas" en estos últimos días, ya que hay compañeros que se quejan de la parada de clases y de las jornadas reflexivas que se van a hacer durante esta semana. Estas jornadas reflexivas hacen que muchos profesores paren la evalución contínua y otros no, ese es el motivo de las quejas. Surgen inquietudes sobre el temario no dado y discrepancias entre compañeros.
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